Agitando pasión y colores

Y el corazón es una hélice enamorada del andar de tus ojos. Porque todas las flores marchan hacia tu cuerpo rojo.

Entre las redes adoquinadas

Jardines ahogados muerden mis mañanas sin vos como círculos filosos que buscan dos o tres lágrimas negras. Y yo no logro distraer el vacío amarillo que ronda las estaciones donde tus cuerpos brillantes son el arco iris que me calma.

Desde el frente

Los túneles porteños caen encima de mis alas. Un entramado maldecido por los transeuntes fugaces esconde tus aromas de patagonia enamorada. Las agendas carceleras rasgan una bandada de intersticios esperanzados que iba a tu encuentro. Pero yo sigo dibujando barcos invensibles como los pájaros del parque cuando se escapan con tus hadas.

Flores del resistir

Y es entrar en la palabra despedida como el filo artero de la ciudad lo hace en mis sueños alados. Para salir del pozo adoquinado regalando los besos manchados de montaña que guardaste en mis bolsillos de viaje.